El punto de partida para comprender lo que es la adoración cristiana es reconocer que la adoración fluye de la persona y la obra de Dios. Dios es la zapata sobre la que descansa nuestra adoración. Hemos de señalar tres cosas cuando decimos esto: Primero, la adoración comienza pensando en lo que Dios es, más que pensando en nosotros. La revelación de la naturaleza de Dios pone las bases de toda la adoración cristiana. No comenzamos pensando en nosotros
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